El monstruo de los despistes

monstruo

¿Alguna vez te ha ocurrido que por mucho que lo intentabas, memorizar un párrafo era imposible?

O abrir el correo pero de repente… no saber qué es lo que tenías que hacer en él.

O que se te cuelen varias palabras mal escritas o faltas de ortografía en un texto.

Qué raro, ¿no?

El estrés y sus síntomas

Muchas veces cuando hablamos de estrés automáticamente pensamos en los síntomas más físicos. Por ejemplo, dolor muscular. O molestias estomacales.

Si seguimos indagando en sus síntomas lo más probable es que después se nos ocurra pensar en los emocionales. «Está agobiada, o irritable». Pero en lo que seguramente no pensemos inicialmente es en los síntomas cognitivos.

Algunos de los síntomas cognitivos del estrés son los siguientes:

  1. Dificultades para mantener el foco atencional

2. Fallos de memoria

3. Alteraciones en la capacidad para tomar decisiones

4. Problemas para priorizar tareas

5. Sensación de «niebla mental» o «braing fog»

6. Dificultades a la hora de inhibir estímulos no deseados

7. Descenso de la productividad, como resultado de los síntomas anteriores y otros como los problemas de sueño o la irritabilidad

El cortisol y sus excesos

El cortisol es necesario. Igual que el estrés, el miedo, la tristeza y tantas otras cosas a priori, negativas, tiene una función. Y nos hace falta para mantenernos alerta y defendernos de ciertas amenazas.

El problema (como casi siempre) aparece cuando hablamos de un exceso de cortisol. De una reacción de estrés que no se pasa, y que nos lleva a estar «inundados» de esta hormona. Cuando esto sucede, hay una serie de funciones cognitivas que se ven afectadas. Las funciones cognitivas son esas habilidades mentales «superiores» que tenemos los humanos. Véase la memoria, atención, el razonamiento, la planificación…. Así es como afecta el estrés a estas funciones:

  • Memoria: la memoria de trabajo es la que usamos cuando tenemos que «trabajar con» datos como por ejemplo, memorizando un numero de telefono para marcarlo, manteniendo en la cabeza los dígitos del sitio donde aparcamos para meterlos en la máquina del parking o reteniendo los 6 números del código de confirmación de alguna compra por internet. Cuando estamos en una situación de bastante estrés o llevamos un periodo de estrés crónico, la memoria de trabajo se ve afectada por las hormonas que segregamos. Por lo tanto, no podremos memorizar listas, aprender cosas nuevas fácilmente o repetir un comando
  • Atención: La atención es la base de casi todo. si hay un nivel de estrés alto o un estrés crónico, nuestra capacidad para atender de manera selectiva se ve dañanada. Es decir, no podemos elegir a que estímulos atender y por lo tanto, nos despistamos. Otro de los tipos de atencion que se ve afectada es la sostenida, ya que bajo estrés, disminuye el tiempo que somos capaces de prestar atención de manera seguida a algo. Aquí es cuando decimos que «nos cuesta concentrarnos»
  • Funciones ejecutivas: Cuando tenemos un nivel alto de estrés segregamos cortisol. El exceso de cortisol interfiere con las funciones ejecutivas especialmente en:
    • Flexibilidad cognitiva: nos cuesta valorar alternativas, nos ponemos «cabezones»
    • Planificación: dificultades para planear las cosas o establecer listas de tareas
    • Toma de decisiones: se altera el proceso normal y tendemos a tomar decisiones más precipitadas o menos «racionales». Otra posibilidad es que le demos demasiadas vueltas a lo que queremos decidir, bloqueándonos

Como puedes ver, el estrés es un problema que genera muchos otros problemas. No solamente físicos o emocionales, sino también a nivel cognitivo, de rendimiento y en nuestra productividad.

Por eso lo acuñamos bajo el nombre «el monstruo de los despistes», aunque no sean lo único que nos provoca.

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