¿Qué es el coeficiente intelectual colectivo?

rubik

«El todo no es igual a la suma de las partes»

«Un grupo como entidad, no puede ser más inteligente que sus componentes, pero si puede serlo menos»

Equipo = 1

Vamos alejarnos de el concepto de individuo. Vamos a ver, durante un rato, el equipo como una unidad. Una unidad de trabajo. Como toda unidad, está compuesta por varias partes.

Si nos planteamos cuál es la forma más básica que tiene un equipo de trabajar, esta sería la reunión. Si somos compañeros de trabajo, si trabajamos juntos, necesitaremos reuniones. En esas reuniones se plantean preguntas y respuestas. Además, se generan sinergias y se crean insights de conocimiento. Vamos, todo lo relacionado con la frase «varias cabezas piensan más que una».

Pero todos sabemos que no basta con reunirse. Estoy segura de que todos hemos tenido reuniones estériles. Reuniones en las que se ha perdido tiempo y no se ha logrado nada tangible. En cambio, en otros casos, ha sido cuestión de minutos dar con soluciones e ideas útiles.

El ingrediente clave

Cuando nos juntamos en equipos, nos reunimos o colaboramos, aparece lo que se llama el coeficiente intelectual colectivo. Esto es, la inteligencia «per se»que tiene ese grupo. Y aquí viene el ingrediente clave… lejos de lo que podemos llegar a pensar, las habilidades «académicas» o el coeficiente intelectual no son ellos los que condicionan esta inteligencia colectiva.

El ingrediente clave es la inteligencia emocional. Por lo tanto, una suma de individuos con buena inteligencia emocional harán una buena inteligencia colectiva.

Y claro, a más inteligencia colectiva, más productivo y exitoso será el grupo

«El coeficiente intelectual colectivo sería como la suma del talento más humano de sus individuos»

¿Lo mejor?

Daniel Goleman recoge en su libro «Liderazgo, el poder de la inteligencia emocional» un estudio muy interesante. En dicho estudio, analizan qué ha llevado a ciertos individuos a ser los mejores en su grupo. Teniendo en cuenta que este grupo estaba formado por personas con los mejores resultados en test de coeficiente intelectual, tenía que ser otro el factor.

La tarea que se les pidió necesitaba llevarse a cabo en equipo. Esta tarea estaba relacionada con diseñar y crear conmutadores electrónicos que controlan los sistemas telefónicos. Ninguno de ellos podría hacerlo solo, por lo que tendría que recurrir al equipo.

Al pedir que seleccionasen quienes habían sido las «estrellas«, el grupo coincidía. Ni el coeficiente intelectual, ni su rendimiento académico eran predictores del éxito.

Un factor en el que encajaban todos era el de «saber hacer red».

Saber hacer red

Las personas vivimos inmersas en distintos tipos de redes con nuestro entorno.

Uno de los tipos de redes son las formales. Las típicas de las empresas. Las redes formales son más lentas, están pensadas para resolver problemas sencillos. Normalmente, dependen de perfiles técnicos y especialistas.

Otro tipo, son las informales. Las redes informales son todas aquellas que «tejemos» con nuestro círculo de personas conocidas. Amigos, familia, compañeros de trabajo…

Las personas con más éxito en este experimento contaban con muy buenas redes informales. es decir, tenían apoyos a los que recurrir si necesitaban ayuda. Y no sólo eso, tener estos apoyos les permitía resolver sus problemas de forma más rápida y eficaz. Sin sentarse a esperar a un experto que venga a salvarlos.

A su vez, estas redes informales las hay de 3 tipos: de comunicación, de pericia y de confianza. Las de comunicación incluyen a las personas con las que hablamos. Las de pericia son aquellas más técnicas. Las de confianza, incluyen a nuestros confidentes.

Los perfiles estrella del experimento mantienen buenas relaciones con individuos de estas tres redes. Además, se muestran empáticos y capaces de coordinar personas . Reúnen cualidades de:

  • Habilidades interpersonales e intrapersonales
  • Tomar la iniciativa, es decir, mostrar motivación
  • Autogestión

Estas tres cualidades responden a un constructo, la inteligencia emocional. Por lo tanto, se puede concluir que la inteligencia emocional es la responsable de esa inteligencia colectiva.

Y que un grupo de individuos emocionalmente inteligentes, harán un grupo con gran inteligencia colectiva.

La consecuencia última de una buena inteligencia colectiva es su impacto en el capital intelectual. El capital intelectual es todo el conocimiento intelectual de una organización, así como la información tangible que posee y que le permite producir valor.

Porque eso de hablar solamente de un tipo de inteligencia ya se ha quedado en el pasado. Y las empresas más inteligentes, comienzan a darse cuenta.

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp