El cerebro de Pablo Picasso
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No, no es el número de la lotería de Navidad (que yo sepa).
Es el número de obras que ha creado Picasso a lo largo de sus 91 años de vida.
Algunos incluso dicen que ese número es falso y ronda las 50000.
Sea como sea, es un número que casi asusta si pensamos la cantidad de obras que tuvo que crear en una semana. De forma constante. Todo el tiempo.
¿Crees que Picasso tenía un imán para la creatividad? ¿ O hay algo que tal vez el sabía y nosotros… estamos pasando por alto?
¿Creatividad a la izquierda o creatividad a la derecha?
Históricamente hemos pensado que la parte derecha del cerebro se dedica a ser creativa y que la derecha se dedica a ser más lógica. Hemos hecho esa división y la hemos plasmado en todo tipo de dibujos y láminas con numeritos a la izquierda y mariposas y colores a la derecha.
Pues bien… a día de hoy sabemos que esta teoría es coja. Primero, porque el localizacionismo (palabro de hoy que hace referencia a atribuir a cada región del cerebro una función específica) ya no vale como explicación. Segundo, porque cada vez sabemos más sobre las diferencias entre regiones anteriores, posteriores, mediales…. Osea, no todo lo relevante es izquierda o derecha, sino que hay izquierda anterior, posterior, media… Vamos, un lío de localizaciones.
Por lo tanto, simplificar la creatividad a derecha izquierda deja de tener sentido lógico. Esto es, depende de procesos arriba, abajo, en el centro, en la derecha…en muchos lugares. Depende de circuitos que no están tan localizados como podíamos llegar a pensar
Iguales pero distintos
El hemisferio izquierdo tiene menos conexiones consigo mismo y con el resto del cerebro.
El lado derecho, presenta más conexiones consigo mismo y con el resto del cerebro. Además, tiene fuertes vinculaciones con regiones de las que «dependen» nuestras emociones. Regiones, como la amígdala.
El hemisferio derecho está «mezclado». El izquierdo, presenta columnas superpuestas que permiten una diferenciación nítida de las funciones cerebrales.
Y claro, siendo todo tan complejo y la creatividad un proceso tan amplio… pues no depende sólo del derecho.
Cierto es que dada la diferencia en cuanto a conexiones, en un «destello»de creatividad surge un nuevo circuito neural desde esta parte derecha.
Lo que Picasso sabía
Es que la creatividad no aparece cuando estás sentado esperando por ella.
Si nos ponemos teóricos, los modelos más conocidos sobre creatividad hablan de 4 fases:
- Definir el marco del problema. Hacerse preguntas para saber con qué ser creativo
- Sumergirse a fondo en él. Recopilar información hasta que nos empapemos de ella
- Go with the flow. Dejarse ir, relajarse para que «chasss» aparezca ese estallido de creatividad
- Ejecución, llevar a cabo esa idea que hemos gestado
A nivel teórico el modelo es «chachi». Claro que si tienes que crear 25000 obras de arte en tu vida, quizás se queda un poco corto, ¿no?
Aquí es donde entra el ejemplo de Pablo Picasso. Una de sus frases es que «la inspiración y la creatividad» te encuentra trabajando. Por lo tanto, no puedes sentarte y esperar, esperar, esperar…
Lo mejor es que te pongas manos a la obra (nunca mejor dicho) y sepas cuando parar, dónde desconectar, y en qué lugar será más fácil que venga esa inspiración «divina».
Eureka
Los estudios cerebrales nos dicen que ocurre en nuestro cerebro en ese momento de chispa, idea.
Hay una señal, la actividad «gamma» que nos dice lo que estábamos deseando escuchar. Neuronas a priori muy distantes se han conectado formando una red nerviosa y… Voilá, hay asociación nueva, hay creatividad. Una nueva idea ha entrado en nuestra «consciencia».
En este momento, el hemisferio derecho no pierde el tiempo y usa sus súper conexiones para mandar esa información a otras regiones. Y es en esa tercera fase, esa fase más «chill» en la que se preparar nuestro cerebro para el pico gamma de creatividad. Incluso cuando las ideas parece que nacen solas, lo más probable es que hayan pasado por un proceso previo de «gestación».
Y cuando el terreno se ha allanado, han nacido.
Claro que como siempre, es muy importante conocerse y saber cómo ocurre este proceso. No es un proceso exactamente de libro y en cada persona puede variar, pero lo que está claro es que si Picasso pintó tantos cuadros, no pudo hacerlo simplemente esperando a que las ideas le brotaran.
Es necesaria una «disciplina», un autoconocimiento y un órden previo al relax para que se encienda la bombilla